lunes, 4 de junio de 2012

¡Dibujando entre líneas!


¡Esta técnica ha sido una de las más divertidas en nuestra clase de Pensamiento Creativo! El catedrático nos pidió que recordáramos y escribiéramos varias frases muy características, como las que utilizan nuestras mamás para darnos cariño o para regañarnos, una frase de una canción de nuestra infancia,  un piropo que hayamos oído alguna vez, entre otras. Al momento de escribirlas empecé a experimentar muchos sentimientos. Algunas frases me hacían reír tan fuerte que me olvidaba que estaba dentro de un salón de clases. Otras frases, como los piropos, me causaban molestia porque sentía que casi podía oír la voz de los vendedores ambulantes gritándoles a las mujeres tantas cosas molestas. (Como cosa rara de ellos) Y así fueron surgiendo más y más frases de acuerdo a lo que el catedrático nos decía.

Cuando empezamos hacer este taller, nos reunimos en tríos y utilizamos un pliego de papel ledger para mancharlo. En un extremo de la vara, pegamos con tirro algunos plumones o colores y todos debían quedar al mismo nivel. ¡Lo más entretenido era que debíamos vendarnos los ojos y escuchar las frases que nuestros compañeros habían escrito en el ejercicio! Al principio me daba nervios que me hablaran al oído, pero fue divertido. Debía plasmar en el pliego de papel ledger las emociones que experimentaba al escucharlos, usando la vara y el extremo con los plumones.

Escucharlos decir todas sus locuras, me sacó varias carcajadas… Era gracioso, un poco vulgar, malcriado, pero daba risa, casi me hago pipi mientras manchaba. Yo hasta manché fuera del pliego, manché todo el piso, hasta que el catedrático dijo que cambiáramos y pasó el otro compañero y la dinámica fue la misma.

Después de la dinámica, nos dijeron que debíamos encontrar en medio de las líneas hechas, formas o figuras y marcarlas con otro color más fuerte para resaltarlo. Sin embargo, por más que intentaba analizar mi taller, no encontraba ninguna figura. Después de verlo detenidamente por más tiempo, mi cerebro empezó a trabajar. Encontré muchas formas, algunas de ellas simples y otras más complejas. Las formas que encontré fueron: un corazón, un sorbete en un cono, una silueta de una mujer, un conejo y una cara muy caricaturesca (que por cierto, varios me dijeron que se parecía a “Homero Simpson”).

Así, terminamos el taller. ¡Deberían intentar probarlo alguna vez! Es un ejercicio muy entretenido.

-Alejandra Canizales-

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